Había una vez, una niña que no gateó.
Creció pensando que por esta razón no tenía la gracia de la creatividad. Por eso y porque no nació zurda.
La niña disfrutaba de dibujar, de hacer manualidades, de pintar. Pero como siempre le dijeron que era mala, dejó de crear y prefirió espectar, admirar el trabajo ajeno y mientras, suspirar deseando ser tan buena como los otros.
Y así creció, medio acomplejada, medio triste porque sus dibujos eran malos, porque sus creaciones eran feas.
Un día descubrió por accidente un libro. Venía con dedicatoria y toda la cosa. Se sintió emocionada pues creyó que era para ella, pero no. Aún así lo robó (unos días) para fotocopiarlo... al final, los modales son primero y ese regalo no es mío, pensó.
Ese libro le abrió un mundo de posibilidades. Paso por paso le enseño a dibujar. Bolitas, palitos, triángulos, esferas, sombra, profundidad. En paso 1, 2, 3 y 4 la niña se asombró al descubrir que sus dibujos eran bonitos, que podía hacerlo, que era dueña de sus manos y que tenía el poder de crear y delinear sus propios deseos. Por fin fue feliz.
Onda así es mi historia con el Zentangle, una forma artística que te permite dibujar a partir de patrones. Está bien padre, porque empiezas siguiendo formas ya diseñadas por alguien más y terminas creando lo que se te hinche la gana.
El Zentangle relaja, acompaña y libera. Definitivamente es una forma de meditación (De ahí sale lo del "Zen"). Una cosa muy, muy gringa se convierte en algo universal... jalado de los pelos o no, me ayudó a redescubrir mi creatividad. Resultados: las fotos son de dibujos que hice mientras cuidaba a mi abuela enferma unas semanas después de entrarle duro al dichoso libro.
Igual me falta un chingo para ser una mega pro. Hay unas cosas que veo y me muero por hacer... lo lindo es que, dentro de las instrucciones del arte Zentangle , viene un apartado especial: No te desesperes, cada uno es distinto, tómate tu tiempo ¡Y NO BORRES NADA! Crea a partir de tus errores.
Fuck! "Crea a partir de tus errores". Eso fue fuerte, muy, sobre todo cuando me di cuenta de lo dura que soy conmigo misma. ¡Es el segundo día y me encabrona que no sea perfecto! (CUCU PERSON ON THE RADAR!)
Como se pueden imaginar, arranqué varias (muchas) hojas antes de aceptar que bueno, soy nueva, estoy descubriendo mi creatividad y me encanta.
Dejé de lado la voz ruda de mi madre introyectada y me solté como Godín en quincena. Así he podido hacer más y más dibujos. Abracé mi bebé creativo y lo alimento (por lo menos trato de hacerlo) para que crezca grandote y feliz. Ya no es culpa de mi familia por no permitirme gatear, ahora es mi responsabilidad hacer, no hacer, o hacerme bien pendeja
:)
Nota: A veces escojo una, a veces otra y muchas más la última opción.