martes, 16 de julio de 2013

¿Cómo diablos escojo a mi terapeuta?

¿Cómo diablos escojo a mi terapeuta?

Hay momentos en nuestra vida en el que realmente ya no podemos más.
Todo nos pesa; el trabajo, los amigos, la familia... Qué decir de… LA PA-RE-JA.


Y es justo en estos momentos de crisis y verdadera desesperación que surge el "No puedo solo, necesito terapia". Aquí comienza el viacrusis. Muchas veces por pura vergüenza no le decimos a nadie, a NADIE, que andamos en busca de lo que se conoce como “loquero”.



Cabe señalar que no, hijos, no están locos. Tener crisis no es estar loco... Y créanme todos las tenemos. La diferencia es que ustedes se agarraron las bolas, se tragaron el orgullo y piden ayuda.

Ok, el siguiente trasborde en su viaje es saber con quién se atenderán. Se podría pensar que encontrar un terapeuta es como ir al médico:  llegas, cuentas tu bronca, pides medicina, sigues el tratamiento y listo, estás curado. Sin embargo, el proceso es un tantito diferente.

Desde mi perspectiva como terapeuta y como paciente estos 4 puntos les
pueden ayudar mucho al momento de elejir quien los acompañe en el camino del reconocimiento de ustedes mismos:






1. Raport o empatía
Es muy importante que desde el principio te sientas en confianza y cómodo con tu terapeuta. A final de cuentas, estás creando una
relación con la persona sentada frente a ti; te va a ver feliz, enojado, triste, deprimido... Todo funciona mejor si el terapeuta te cae bien. Cabe señalar que esto es 80% trabajo del "profesional" y 20%
trabajo tuyo. La apertura de ambos es la clave.

2. Corriente terapéutica
Como paciente, es tu derecho (y también de tu obligación) preguntar qué tipo de corriente maneja tu terapeuta. Esto tiene que ver con las técnicas que se van a manejar en tu proceso. Pregunta todo lo que quieras durante la primera sesión y si te surgen más dudas, sigue preguntando en las sesiones subsecuentes. No siempre la
corriente terapéutica se ajusta a tí, lo mismo que quien la aplica. Si no te gusta, sigue buscando por otros lados.

3. ¿Cuánto va a durar mi proceso?

Esto tiene mucho que ver con el punto anterior. Dependiendo de la corriente terapéutica y de tu situación, el terapeuta te planteará el tiempo que necesitas en tu proceso. Puede ser que toda esta experiencia dure entre 2 meses a varios años. Es común que los terapeutas no te expliquen nada (por mensos, por varo, qué se yo) así
que estate atento y pregunta.

4 . De a cuánto cuesta y cada cuando lo vas a ver?
Igualmente depende mucho de la corriente que maneje aquel que atiende. Usualmente las sesiones van de entre 200 hasta 2000 pesos por sesión, todo basado en la experiencia del profesional. Casi siempre los  psicoanalistas son los más caros, sobre todo porque en este tipo de  psicoterapia las sesiones son dos veces a la semana. Las demás escuelas terapéuticas sugieren realizar los encuentros una vez por
semana. Ambas tienen una duración de 1 hora aproximadamente. Si tienes alguna complicación con los horarios o con el precio, háblalo con tu  terapeuta. He aquí la importancia del Rapport.


Lo más importante es que  ya decidiste dar el primer paso y pedir  ayuda. Si por alguna circunstancia no te sientes cómodo y escuchado  con el primer terapeuta con el que vayas, paga y vete. De verdad, no vuelvas. Si ya estás gastando en tu salud emocional, que sea la mejor atención que puedas ofrecerte. No claudiques y sigue en tu búsqueda porque, aunque no lo creas, eso también es parte fundamental de tu proceso terapéutico.

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